Víctima de mi

Y entonces, ¿Qué es victimizarse? ¿Qué tan víctimas somos?

¿Ya tomaste consciencia de tu grado de victimización?  ¿Qué tanta necesidad de atención tienes? ¿Hasta cuando vas a responsabilizar a otros por tus acciones y decisiones?

Desde que inicié este blog he expresado mi opinión en cuanto a la victimización que, para mí, no es más que una cultura arraigada.  

Estamos tan acostumbrados a ser víctimas que no nos damos cuenta del poder que ejerce en nosotros, ya que, tenemos la creencia de que comportarse como víctima es sólo lamentarse, quejarse, sacrificarse y llorar.  Pero no, aparte de lo mencionado anteriormente, ser víctima también incluye el juzgar, el estar a la defensiva, la ira, la envidia, el tener la necesidad de demostrar algo, el apremio por reconocimiento, entre otros. 

Ser víctima se convierte en una personalidad, que nos permite "avanzar" dentro de la sociedad actual, pero que no nos deja conocernos realmente.  Ser víctima es el escape más fácil para no plantarnos frente a nuestros miedos y reconocerlos. 

Reflexiona esto: ¿Quiénes son tus victimarios? ¿Realmente existen o son personas que son tan víctimas como tú? ¿Conoces, por completo, la vida de tus victimarios? ¿Sabes por lo que han pasado? ¿Existen esos victimarios? De ser así, ¿para qué sigues aceptando sus opiniones y creencias? y, las preguntas más importantes ¿Quién es víctima de quién? ¿Estás consciente de que, realmente, eres víctima de ti? de tus miedos: de tus traumas, de tu sufrimiento, de tus "no puedo".

Cuando aceptamos la cultura del victimismo, relegamos todo nuestro poder a terceros.  Esos desgraciados "culpables" de que yo no sea feliz, de que yo no sea exitoso, de que yo no pueda disfrutar mi vida, de que hayan "arruinado" mi vida, de que esté estancado en el pasado.  Es decir, para cada acción o decisión que tomamos, siempre hay un culpable bajo la manga para poder excusar mi falta de compromiso conmigo.   

Y nos convertimos en víctimas del mundo, encontrando siempre un porqué para no aceptarnos como somos.  Nos llenamos de miedos y culpas, que nos alejan de Dios (ya que él es el primer culpable de todo lo que nos pasa), y lo vemos como castigador, como el que "pone pruebas", cuando la realidad es que tenemos tanto miedo de nosotros mismos, de conocernos, de aceptar que somos víctimas autocreadas y que tenemos un lado oscuro que sale sin control y tiene vida propia.

¿La solución? Empoderarnos. Aumentando nuestra fortaleza espiritual, conociéndonos y aceptándonos.  Responsabilizándonos de nuestras decisiones.  Quitándole fuerza al miedo y entregársela al amor. Reconociendo que somos Hijos de Dios con nuestras virtudes y nuestros defectos.  Sanando nuestros traumas, aceptando que nos equivocamos, cambiando el rumbo, vivir el hoy (no el ayer, ni el mañana), dejando de pensar en lo que otros pensarán, en fin, amándonos y amando confiando plenamente en Dios. 

Como he dicho anteriormente, si no puedes solo, busca ayuda.  Sánate, medita.  

Corazón te invito a dejar de ser víctima para ser realmente tú... ese ser humano maravilloso que pidió venir para crecer espiritualmente y que, jamás pierde la Esperanza. El que rige su evolución de la mano del Creador, en Amor, Confianza y Compasión.

Y, como siempre, es un placer que me permitas evolucionar juntos.  Nos leemos la próxima.

Lo siento, Perdóname, Te Amo, Gracias.

Mirtha Vásquez


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Drama

Reconoce tu Vací@

Edúcate