Edúcate
¿Qué tanto de lo que sabes, realmente lo has corroborado? ¿Qué tanto debate interno has creado en ti, para
generar una opinión propia?... ¿Raras mis preguntas?
Una de las cosas que he aprendido
desde que salí de mi país, hace 15 años (Venezuela), es a cuestionarme todo lo
que había aprendido, no quiere decir que todo lo que haya aprendido este mal,
sino que tome conciencia de que la información la había obtenido de alguien que
me decía que esa era la verdad (incluyendo la información recibida desde mi
infancia).
Pero, ¿para qué hago esto?...
porque, pongamos en la mesa a Dios.
El
conocimiento que el ser humano tiene sobre Dios, en su mayoría, viene de lo que
nos han dicho por generaciones, culturalmente o por costumbre, más no por lo
que nos han demostrado o inculcado con bases.
Es decir, vamos a la iglesia, al templo, a la institución que, en ese
momento identifica nuestra fe, que también viene dada por cultura y no por decisión
propia… a escuchar y no a corroborar. Y
nos convertimos en borregos… seguimos la “interpretación” de otros y no a
nuestra propia conclusión. Y así, con
todos los contextos de nuestra vida, seguimos por costumbre la forma de vida
que otros nos inculcan… y a eso le llamamos sociedad. Pero ¿ha funcionado? Realmente el Dios que conocemos hoy, ¿es lo
que merecemos, es lo que creamos o es la verdad?
Simplemente saquemos una
cuenta: El ser humano es juzgador por
naturaleza y, al mismo tiempo, somos victimistas, vivimos de drama en drama, de
problema en problema, de estrés en estrés. Por cultura, creemos que otros
tienen la culpa de lo que nos sucede (nunca nosotros) y al mismo tiempo
esperamos que sea otro el que nos solucione la vida (que el amor venga de otro,
que el milagro llegue de otro, que otro sane mis imperfecciones, que otro me
acepte, que otro me respete… que otro me eduque), no aprendemos de nuestras equivocaciones,
pero los demás si lo tienen que hacer para que no me hagan daño… entonces dime,
basados en esto, ¿Qué concepto de Dios nos hemos creado para evolucionar? Pues que Dios es juzgador y castigador… para
que juzgue y castigue a todos los que me han hecho daño… y esa cultura lo único
que ha creado es separación… primero de nosotros con Dios y luego de nosotros
con nuestros hermanos.
Y todo eso viene por la falta de
conexión de nosotros con nuestro interior, con nuestro ser, con nuestro corazón…
ese corazón que está conectado a lo Divino, pero que bloqueamos, porque es más fácil
seguir lo que ya está dicho… es más fácil auto marearnos con la idea de que “así
es porque así me lo enseñaron”.
Y mientras tanto, el Dios
verdadero, el que no Juzga, el que no castiga, ve con compasión a sus hijos castigándose
unos a otros, juzgándose unos a otros, esperando que abramos nuestros ojos del
alma y miremos internamente su verdadero Amor en cada uno de nosotros para que
podamos reconocerlo en nuestros hermanos… y me dirás ¿y porque no se mete a
solucionar todo este desastre?... por qué respeta nuestro aprendizaje, nuestro
libre albedrío, nuestras decisiones… el detalle es, que decidimos seguir
pensamientos y creencias humanas en vez de su Amor.
Eso,
es lo que me cuestiono… ¿Mi Dios viene de mi cultura o de mi ser interior? ¿Mis
aprendizajes son por lo que otros me dicen o por lo que yo vivo, por lo que yo
investigo? ¿Mis creencias, realmente son mías o las adopté? ¿Mi vida va regida
por programaciones externas o por mi conexión amorosa con Dios?
En
mis cursos siempre les digo que no crean nada de lo que digo, los insto a que
investiguen, a que lean, a que creen su propia opinión de lo que la
espiritualidad es, porque Dios no viene de afuera hacia adentro, sino todo lo
contrario… DIOS CRECE, DE ADENTRO HACIA AFUERA.
Y para despertar a Dios en tu corazón tienes que buscarlo dentro de ti, conociéndolo,
leyendo sobre Él, intercambiando opiniones, derrocando la educación
costumbrista, que generalmente es ignorante (ignorancia no es falta de inteligencia, sino falta de conocimiento), preparándote espiritualmente, sanando todas esas
creencias y programaciones que vienen de afuera, buscando ayuda (si es
necesario), para después llevarlo afuera, no para adoctrinar a tus hermanos,
sino para demostrarles el Amor que hay dentro de ti, el respeto de ti, la
aceptación de ti, la compasión por ti que, al mismo tiempo la llevas a tu
prójimo en tu comportamiento, en tu forma de vida.
Por
lo que te invito, corazón, a educarte… despierta tu inteligencia espiritual… conéctate
con tu Creador, en Amor… sin miedos. Y
también te invito a que lo hagas en todos los ámbitos de tu vida, no solo en la
espiritual… crea tu propia escuela interna, porque nadie tiene la verdad
absoluta, solo tenemos experiencias de vida en las que, momentáneamente, nos
conectamos con Dios… es nuestra decisión que tan constantes serán esos momentos
de conexión.
Como siempre, es un placer que nos encontremos semanalmente en este
camino que recorremos juntos al Amor Incondicional.
Nos leemos la próxima semana.
LO SIENTO...
por las memorias de sufrimiento que comparto contigo.
PERDÓNAME...
por haber unido mi camino al tuyo para sanar.
TE AMO...
por ser quien eres.
GRACIAS...
porque estás aquí para mí.
Mirtha Vásquez
Comentarios
Publicar un comentario