Drama
Últimamente
me he dado cuenta que, gracias a las redes sociales, los humanos nos hemos
vuelto más dramáticos (cancelado). ¿Te
has fijado que hacemos drama de todo lo que vemos en ella? ¿Has contribuido con
la energía del drama? ¿Qué tan dramático te has vuelto?
Con
tal de no enfrentarnos a nuestros demonios internos, con tal de no escarbar en
nuestro drama, porque eso significaría hacerme responsable de mi vida para
sanarla, preferimos estar pendiente del drama del mundo, lo cual nos ha vuelto
juzgadores. Juzgamos la forma de vida de
otros para no profundizar en nuestra forma de vida, y nos creamos una historia
interna de críticos constantes, de “defensores del mundo online”, que
trasciende la plataforma de internet para llevarla a mi vida diaria y que
redunda en ocultar la depresión que nos provoca el vacío de Dios en nuestros
corazones… Hacemos el papel de Dios sin creer en él, queremos “sanar al mundo”
sin saber cómo sanarnos a nosotros… Qué irónico, ¿no?
Vivimos
presos de nuestro ego, buscando una falsa justicia, criticando a nuestro
prójimo, cazando los errores de los demás, afianzando el ataque de unos a otros
con tal de hacerte ver que yo soy mejor que tu… es decir, juzgando a mi prójimo
como a mí mismo… por lo que nos regodeamos en el drama mundial, siguiendo la
costumbre malsana de: vivo por medio de tu vida, porque a mi vida me da miedo
escudriñarla.
Esa
es la actualidad mundial, generar miedo en base al drama y “evolucionar”
personalmente en base a eso. Eso se acabaría sólo con tomar una decisión…
hacerme responsable de mi vida, porque si me responsabilizo de mis acciones,
hago cambios radicales, y, si yo cambio… mi mundo cambia. Tomando conciencia de que, si lo que me rodea
es drama… yo soy dramático y, por lo tanto, poseo creencias tóxicas, profundas,
que sanar.
Lamento
informarte que, si has caído en cuenta de que estás rodeado de problemas… el
problema eres tú. Es tu ceguera
espiritual la que no te permite ver salidas.
Es tu falta de amor hacia ti, tu falta de confianza en el Creador, la
que genera todos tus inconvenientes.
Esto te lo provocas para sanar, para soltar, para fluir, para aprender a
perdonar y principalmente para acercarte a Dios… El detalle es, que escogemos
la salida más fácil, hundirnos en nuestro sufrimiento, señalar culpables, renegar
de Dios, buscar salidas sin ganas de encontrarlas, porque eso implica
conocernos y reconocer que nosotros generamos todo lo que vivimos.
Que
fácil sería que en meditación o el terapeuta nos dijera que es cierto… la culpa
es de todo lo que te rodea. Pero no,
aquí no venimos a buscar culpables ni a ser culpables. Venimos a evolucionar espiritualmente, y si
seguimos viendo drama por todos lados, en esta vida, eso no va ocurrir.
Nuestra
evolución implica conocernos y aceptarnos, para poder aceptar al mundo como es
y cambiar lo que está en nuestras manos cambiar, pero desde el Amor, no desde
miedo. Por lo que te invito a
profundizar en ti y dejar de ver la paja en el ojo de tu prójimo. Te invito a buscar ayuda, si es necesario,
para reconocer todos los miedos que, hasta ahora, han bloqueado tu
evolución. Te invito, cariño, a darle el
valor que Dios se merece en tu corazón y empoderarte como hijo amado del Creador,
desde el Amor y no desde el miedo, para que, poco a poco te liberes del drama.
Te
invito a dejar atrás el pasado y, desde hoy, vivir en el presente. Te invito a sanar todas las emociones que te
hacen creer que no mereces amarte, esas creencias de abandono y rechazo que
frustran y bloquean tu evolución… Te invito a que te reencuentres, y que
conectes con tu alma… Te invito a renacer desde el Amor Incondicional.
De nuevo es un placer encontrarte semanalmente en este camino que
recorremos juntos al Amor Incondicional.
Nos leemos la próxima semana.
LO SIENTO...
por las memorias de sufrimiento que comparto contigo.
PERDÓNAME...
por haber unido mi camino al tuyo para sanar.
TE AMO...
por ser quien eres.
GRACIAS...
porque estás aquí para mí.
Mirtha Vásquez
Comentarios
Publicar un comentario