Conócete.
En
todas o casi todas mis publicaciones he escrito la palabra “conócete”, y la he
dicho en mis cursos y a las personas a las que he tenido el gusto de darles
terapia… pero, ¿sabemos lo que implica esa palabra?
¿Qué
engloba espiritualmente conocerte? Hay gente que al decirle esa palabra se
confunde más… y lo digo porque me pasó… porque ¿Quién no se conoce? Creemos que
estamos donde estamos porque nos conocemos, pero es todo lo contrario… estamos
donde estamos porque no nos conocemos.
Es
decir, si nos conociéramos realmente, no seríamos explosivos, no divagaríamos a
la hora de tomar decisiones, ni dudaríamos.
Pero,
¿Qué significa conocernos?
Bueno,
cuando empezamos a recorrer este mundo espiritual, y por mundo espiritual me refiero
a aprender a meditar, tomar terapia holística, aprender alguna técnica
holística, etc… nos encontramos que, al inicio, a parte de la paz que vivimos
en nosotros, nos vemos envueltos en un enjambre de emociones confusas
provenientes de nuestro pasado y no sabemos cómo lidiar con ellas. Esas emociones son la base de nuestro
autoconocimiento. Esas, son las
emociones que van a permitir que nosotros evolucionemos, porque, precisamente,
son ellas las que desaceleran nuestra evolución espiritual.
Esa
bola de sufrimientos, rencores, inconformidades y resentimientos guardados son
las que, una vez aceptados que están en nosotros y al concientizarnos en los
porqués están ahí, es que nuestro autoconociemiento empieza a florecer. Porque, nuestras experiencias son las que nos
marcan el camino hacia el descubrimiento de nuestros aprendizajes en esta vida.
El
detalle es, que preferimos darle valor al sufrimiento que al aprendizaje… por
lo que preferimos dejarlas a un lado, ocultas en nuestro ser y, es por eso, que
no sabemos porque reaccionamos a ciertas situaciones de la forma en que lo
hacemos. Y vamos por la vida dejando que
sean ellas las que, inconscientemente, dirijan nuestra vida y, por
consecuencia, no nos conocemos.
Conocernos
es aceptar que esas emociones son las que nos hacen actuar… conocernos es
agradecer que están ahí para ayudarnos a crecer… conocernos es utilizarlas como
herramienta de evolución en amor y no en miedo.
Conocernos, entonces, es agradecer a cada persona y situación que he escogido
para aprender… Y para llegar al agradecimiento hay que empezar por el perdón.
El
perdón, en este mundo dual, es la clave de nuestra evolución. Porque, realmente, no estamos perdonando a
las personas y a las situaciones que nos generaron sufrimiento. Estamos perdonándonos a nosotros mismos, por
generarnos esa forma de aprendizaje.
Cuando
nos conocemos nuestros aprendizajes son a través del Amor Incondicional del
Creador… porque, cuando nos conocemos, nos damos cuenta que, en todo momento,
Dios está a nuestro lado, acompañándonos en esta aventura llamada vida. Conocernos es conocer a Dios, al Dios Amor…
Conocerte
implica soltar, fluir, dejar ir, cambiar, perdonar, todo aquello que hace que
seas ciego al Amor Incondicional.
Conocerte
es aceptar que la familia que escogiste para nacer es la mejor fórmula para solucionar,
espiritualmente, lo que viniste a sanar.
Conocerte
es amarte, sin ego, sin miedo, sin culpa… porque tomas consciencia de que tu
sombra es parte de tu evolución, una vez que la entiendes.
Conocerte
es, ser uno con tu luz y tu sombra, por lo que ninguno “domina” al otro, solo
fluyen en amor.
Conocerte
es saber que tienes miedos y dejar de esconderlos bajo la máscara de tu
personalidad… Sino aceptar que están ahí y descubrir para qué están ahí… es la
única forma de quitarles fuerza.
Conocerte
es dejar de señalar culpables y responsabilizarte por tu vida, por tus
reacciones, por tus pensamientos y sentimientos.
Conocerte
es dar gracias a la vida todos los días… porque estás aquí, porque tienes la oportunidad
de romper la cadena de sufrimientos que te ata.
Es agradecer a Dios, todos los días, por las bendiciones que recibes,
aunque aún no tengas la capacidad de verlas plenamente… hasta que, un día, después
de desplegar tu lista de aprendizajes, te des cuenta, que todo lo que vives,
son bendiciones.
Y,
finalmente corazón, conocerte es… vivir en Amor, en agradecimiento constante.
Por
lo que te invito a conocerte. Deja tu
ego limitante a un lado y aventúrate a encontrarte dentro de esa madeja de
emociones innecesarias, suelta tus lastres, y vive tu renacimiento cariño,
porque a eso vinimos, ¡a renacer todos los días!
De nuevo es un placer encontrarte semanalmente en este camino que
recorremos juntos al Amor Incondicional.
Nos leemos la próxima semana.
LO SIENTO...
por las memorias de sufrimiento que comparto contigo.
PERDÓNAME...
por haber unido mi camino al tuyo para sanar.
TE AMO...
por ser quien eres.
GRACIAS...
porque estás aquí para mí.
Mirtha Vásquez
Comentarios
Publicar un comentario