¿Qué te hace falta?

¿Qué te hace falta para acabar con esa relación enferma que tienes... contigo?

¿Qué sientes que te hace falta para sentirte complet@?... "para ser feliz".

Te comento que lo único que te hace falta es abrir los ojos de tu espíritu y reconocer que lo que te rodea, y nos rodea a todos, no es perfecto.  Lo que te falta es aceptar.  Aceptar a las personas y las situaciones que generaste. ¿Para qué aceptar si me duele?  para que te puedas ver en cada uno de ellos y reconocerte en cada uno de ellos...  Reconocer que eres parte de todos y que todo lo que te rodea eres tú.  Si no te gusta lo que ves, es hora de crear cambios.  Empieza a dejar ir las personas, emociones y situaciones que crees que hacen daño, porque las dejaste de necesitar para recordarte lo que tienes que aprender y empieza a generar nuevas personas y situaciones que van a provocar verdaderos cambios en tu vida.

Me dirás entonces: ¡aja! Y… ¿qué hago con mi mamá, mi papá, mis hermanos, mis hijos? ¿los cambio por otros? no, el secreto es dejar de generar las mismas emociones hacia ellos.  El secreto es aceptar que ellos son así, porque tienen sus propios demonios en que trabajar.  Deja de tomar sus emociones como tuyas (o en tu contra) y entonces los veras con otros ojos y los aceptarás, porque antes de tu ego (dolor, resentimiento, furia, frustración, etc.) pondrás primero tu compasión (aceptación, amor incondicional, perdón, fe, paz, calma, entendimiento, fortaleza espiritual).

Detallemos esto, las personas no hacen daño porque son malas.  Las personas hacen daño desde su propio dolor, desde su propio sufrimiento, desde su trauma, desde su frustración.  Si retomamos mi segunda publicación, Caín mató a Abel desde su sentimiento de rechazo, de abandono.  No estoy dándole valor a la situación, sólo la estoy despersonalizando... Es decir, la persona que te humilla, es humillada.  Quiere decir que es lo que tiene para dar. 

Entonces, ¿por qué tienes que regir tu vida de acuerdo a lo "que te hacen otros"? cuando, si lo vemos profundamente, no es contigo.   Pongamos un ejemplo: ¿por qué no puedes ver compasivamente a tu mamá que, según como tú lo ves, lo que te da son críticas destructivas? Bueno, eso sucede porque la ves desde tu ego (dolor) y no desde el amor (acepto que, por ahora, es lo que tienes o conoces para dar... porque fue lo que tu aprendiste, más eso no tiene que ser para mi).  ¿Que provoca esto en ti? Ver a tu mamá desde la visión del Creador, sin tomarte nada personal, aceptando que ella no es perfecta, que por el hecho de tener hijos no la hace infalible, que se puede equivocar, que es humana y que sus miedos y frustraciones no tienen nada que ver contigo, que, por cierto, también eres imperfect@ y tienes tus propios miedos y frustraciones de los que hacerte cargo.

Esto me lleva a la pregunta inicial... ¿Qué te hace falta? Te hace falta reconocer que eres human@, que tienes imperfecciones, que tienes que conocerte y reconocer tu ego para no ir por la vida regalando lo que te regalan, sino, por el contrario, siendo tú.  Tú, la persona que es completamente diferente al mundo, al común... porque se tiene compasión, se acepta como es.  La persona que tiene altibajos y que, si se siente "dañada" por un tercero, su compasión le permite manejarlo, esa que va por la vida permitiendo que esta ¡la sorprenda!... Aprendiendo de todo y de todos.  Aceptando que cada quien tiene su mundo en el que trabajar y sabiendo no entrar en ese mundo porque tiene el suyo. Esa persona que es capaz de ver que detrás de la cortina de humo hay luz.

Siempre he pensado que nuestra generación tiene una ventaja muy amplia sobre las generaciones pasadas.  Tenemos al "Dios que es Amor"... conocemos al Dios que no castiga, al Dios que acepta a sus hijos (Todos) como son, porque Él es el único que verdaderamente conoce todos esos mundos personales y sabe perfectamente que el resultado de lo que una persona es hoy es el cúmulo de una serie de emociones reprimidas, frustraciones, sentimientos de rechazo y abandono que no se supieron manejar porque no había la información que hay hoy... Entonces tú, que tienes toda esa información en tus manos, ¿por qué no la usas? ¿por qué te victimizas? ¿por qué prefieres sufrir? ¿por qué solo ves tu dolor?... eso es ego, más directamente, egoísmo.  Que fácil es ver sólo mi dolor, que fácil es reconocer que sólo yo sufro, que sólo a mí me hacen daño, ¡¿por qué a mi Dios?!   

Ese remolino que acabas de sentir en tu estómago es la compasión queriendo salir... ¡te está hablando! Quiere ser parte real de tu vida, que le des valor.

Creo que es hora de tomar las riendas de nuestras vidas, porque, aunque no lo creas, hay mucha gente de nuestra generación que no tiene la formación espiritual que tú y yo tenemos, que aún vive como esas generaciones pasadas y necesitan ejemplo, necesitan compasión, requieren amor incondicional y Dios espera que tú y yo seamos congruentes con nuestro aprendizaje.  Únicamente para que ellos puedan ver que es posible.

Así que te invito a tomar tus regalos, tus bendiciones, tu aprendizaje y ponerlos en práctica.  Reconoce que Dios te Ama con todo y lo imperfect@ que eres. Te invito a soltar la carga que tu ego te ha hecho llevar por tanto tiempo, vacía esa mochila y llénala del amor incondicional de Dios y sigue adelante, que hay un camino de amor que seguir.

¡Vive! ¡vive todas tus emociones! no te quedes solo con las destructivas.  Sufre, ríe, llora, se feliz, disfruta todo lo que sientas, aprende de lo que vives porque para eso viniste, para vivir tu hoy, tu presente.  No vivas del pasado, no esperes nada del futuro.  No te condenes por nada.  Deja ir las emociones que no generan amor, ábreles la puerta de tu espíritu, aprende de ellas y despídelas con amor, con la conciencia de que se pueden volver a presentar porque eres humano más no tienen por qué quedarse, y, si sientes que no puedes solo... ¡Busca ayuda!

Vive con la certeza de que, algún día, va a valer la pena trascender...

Como siempre, es un placer que estés hoy aquí conmigo, aprendiendo junt@s.  Pido al Creador que te siga llenando de hermosas Bendiciones y   que Vivas según su Amor Incondicional.

Nos leemos la próxima semana y, por supuesto, me encantaría conocer tu opinión.

Lo siento, perdóname, te amo, gracias...

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