¡Mi Primera Vez!

Bueno, aquí estamos, encontrándonos por primera vez (y espero que no sea la última) por lo que, primero que nada, quiero agradecer tu tiempo. 

Como es la primera vez que hago esto, quiero hablar del momento en que tomé la decisión de aprender a meditar, ya que así fue como me inicié en este mundo.

Fue gracias a una discusión muy fuerte que pensé que tenía que buscar algo que me ayudara a calmar mis estados tan largos de molestia, algo que me ayudara a no quedarme con esa energía por tanto tiempo. Te comento que yo no creía en nada de esto, se me hacía imposible que fuera una forma de acercarte al Creador (o a Dios, el Gran Espíritu, Alá, Jehová, Señor, Universo o como tu corazón prefiera llamarlo). Para mí la espiritualidad debía ser regida por una religión, pero fue gracias a la Meditación que me di cuenta de que Dios está dentro de nosotros, en nuestro corazón, que su amor infinito se presenta cada vez que abrimos los ojos al amanecer y no nos abandona las 24 horas del día, hagamos lo que hagamos, y precisamente de eso es de lo que voy a publicar en este blog, de confirmarte que hagas lo que hagas esa Energía Omnipotente de Amor Incondicional jamás se va de tu lado. 

Hablaremos de lo positivo y lo negativo de la espiritualidad, porque El Creador es todo equilibrio y Amor Incondicional, pero la forma en que nos permitimos demostrarle amor y recibir su amor es bajo preceptos humanos guiados por religiones o guías espirituales, por lo que, a veces, nos dejamos llevar por miedos sembrados culturalmente que no nos permiten acercarnos a Él libremente.

He estudiado varias técnicas que han permitido encontrar en mi la forma de acercarme y sentirme amada por Dios cada día de mi vida, sin importar como soy o lo que fui o que tanto me dejo llevar por las situaciones que me rodean. 

No soy un Guía, ni una maestra… soy una aprendiz del Creador, como somos cada uno de nosotros, ya que todos los días aprendemos de su amor (lo veamos o no) y semanalmente voy a dejar aquí algo de lo que he logrado ver de sus enseñanzas, solo para compararlas con las tuyas y aprender mutuamente.

Agradezco la oportunidad que me brindas y agradezco, principalmente, la oportunidad que me regala el Creador de Todo lo que Es de estar en contacto contigo.

Seguimos en comunicación y, ¡que Dios te llene de Bendiciones Infinitas!