¡Dios mio! pero, ¿por qué a mi?

¿Cuántas veces en tu vida te has hecho esa pregunta? ¿Cuantas veces la vida ha sido injusta contigo? o, cuántas veces has pensado: tan buena gente que es fulanit@ y le pasan cosas tan malas.

Todo lo que voy a exponer de ahora en adelante es solo mi opinión y tienes todo el derecho de no estar de acuerdo, ni pensar como yo.  

El ser humano es víctima por naturaleza, lo traemos en los genes... Tan simple como que, según las escrituras, Caín mató a Abel... Abel, el de mente positiva, el que trabajaba por amor, el que le ofreció a Dios los primogénitos de sus ovejas como ofrenda, es decir, amaba a Dios por sobre todas las cosas. Y al morir perdimos parte de esa "herencia genética".  Y nos quedamos con Caín, el que su miedo a no agradar a Dios despertó en él las emociones más obscuras, tan obscuras que lo convirtieron en víctima de sus sentimientos llevándolo al extremo de arrebatarle la vida a su hermano.  Wooow! ¡Que trágico! Y si a eso le sumamos el nivel de culpabilidad, vergüenza y grado de victimez que tenían sus padres por no haber "obedecido" a Dios, puedo concluir que, como te había dicho... el ser humano es víctima por naturaleza.

Ahora bien, eso no quiere decir que la suma de todos esos acontecimientos tenga un solo resultado. Creo que es un ejemplo de lo que puede suceder cuando nos dejamos llevar solo por la polaridad negativa de nuestras emociones.  

Puesto que somos poseedores del regalo más grande (y que no sabemos qué hacer con el) que nos ha dado el Creador... el tan sonado mundialmente ¡Libre Albedrio!, se supone que tenemos la capacidad de: Seleccionar, Escoger, Permitir, es decir, Decidir que dejamos que entre o no en nuestro sistema de creencias.  Podemos decidir que emociones nos van a mover en cada situación que vivimos.  Por lo que si "decidimos" aceptar la carga genética que viene acompañándonos por generaciones, es simplemente eso, una de-ci-sión.

Por qué no actuamos como Abel... él también era un desterrado y en vez de victimizarse decidió irse por el lado del amor.  Está bien, si lo vemos por el lado de nuestra cultura me vas a decir: - ¡pero igual lo mataron! ¡Aja!... pero ni tú, ni yo, sabemos si eso fue malo para él.  La muerte es tema de otro capítulo, así que sigamos adelante.

Entonces, porque no empezamos a seleccionar nuestras emociones y dejar de actuar tan pasionalmente, tan novelescamente.  Empecemos por dejar de buscar culpables, ni siquiera a ti. Liberemos a nuestra familia, que son los primeros a los que le echamos toda esa carga, estén presentes o no, sean culpables o no.  Porque realmente no estás liberando a nadie, te estás liberando a ti, estás dejando de ser víctima.  

Ahora, esto lo tienes que hacer desde el amor y no desde el ego.  Te explico la diferencia:  ¡¡Claro que me libero!! No pienso seguir cargando lastres, de ahora en adelante ¡primero soy yo, luego yo y después yooooo!... Eso es E G O.  No dudo que por un rato te sientas libre, pero con el tiempo va a llegar una situación en tu vida que va a despertar todas esas emociones que lo que están es selladas con una capa de ego y... sálvese quien pueda!!

¿Qué quieres hacer entonces?, ¿sanarte realmente? o, hacer una estatua de ti mism@, dentro de tu subconsciente, que de ves en cuando vas a dejar salir cuando tengas la necesidad de decirle al mundo: yo ya solté eso, los traumas de mi vida ya no me afectan, yo ya perdoné.

Mi recomendación, liberar desde el amor.  Y ahora me vas a preguntar: ¿Y eso con que se come? ¿cómo lo hago? Ok, buena pregunta, no lo sé, porque todos somos distintos. Todos le damos importancia a diferentes emociones.  Todos hemos vivido de manera diferente, pero, puedo darte algunas pistas y tú decides si te sirven.

Primero: Toma la decisión de dejar de ser víctima del mundo.  Lo tienes que sentir desde tu interior, no de la boca para afuera, porque esta es la que va a ser el impulso que te va a llevar a seguir adelante.

Segundo: Busca ayuda: Terapéutica, psicológica, religiosa, etc... la que sientas que te funcione, y prepárate para hacer cambios en ti... el mundo no va a cambiar, eres tú quien, con ayuda, cambia la forma de verlo.

Tercero: Abre tu mente y tu corazón y aprende todo lo que puedas sobre el desapego, la aceptación, la compasión, el amor incondicional del Creador y el perdón y... por supuesto ponlos en práctica.  Como dije en el punto anterior busca ayuda, ya que este paso es de hábitos, es de reconocer el lado positivo de estas emociones porque de ellas hemos aprendido su antónimo emocional.

Cuarto: ¡Agradece todo en tu vida!
Según Osho: Sé agradecido con todos porque todo el mundo está creando un espacio para que te puedas transformar, incluso aquellos que piensan que te están obstruyendo, incluso aquellos que piensas que son enemigos. Tus amigos, tus enemigos, las personas buenas y las personas malas, circunstancias favorables, circunstancias desfavorables, todos juntos están creando el contexto en el cual te puedes transformar. Sé agradecido con todos. Con aquellos que han ayudado, con aquellos que lo han impedido, con aquellos que han sido indiferentes. ¡Sé agradecido con todos!
Quinto:  Repetir el paso 1, 2, 3 y 4 ¡TODOS LOS DÍAS!

Espero que tomes lo que te sirva y, si no te sirve nada igual es perfecto! 😊... ¡Gracias por tu tiempo!!

¡Pido al Creador llene de maravillosas Bendiciones a ti y a todo el planeta!

Nos leemos la próxima 💓



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