Mi Dios… ¿Y el tuyo?
Hoy quiero hablar de Dios, de mi Dios… ¿Por qué? Porque tú tienes una idea muy diferente a la mía de quien es Dios… por lo que quiero hoy, hablarte del mío. Te invito a que me hables del tuyo J . Para mí, Dios, en mi infancia, era de varias formas. Dios tenía varios caracteres y creo que eso nos ha pasado a varios de nosotros. Mi conocimiento de Dios vino de una familia grande, diversa, con varias religiones y culturas, pero siempre terminaba en lo mismo… “Dios siempre te ama”. Con tanta diversidad espiritual, en mi adolescencia me cerré espiritualmente y decidí que Dios estaba solo en mí, en ninguna religión, en ninguna iglesia, en ningún guía espiritual. Porque para mí, todos éramos humanos pecadores y llenos de culpa, y, como todo adolescente, decidí juzgarlos culpables de sus vidas, por lo que nadie tenía nada que enseñarme. ¡Y te comento que esa actitud “adolescente” me duró hasta pasados mis treinta! Para mí, Dios se convirtió, por much...